El verdadero trabajo del guionista de cine
Hace veinte años, el reconocido guionista Charlie Kaufman nos dejó un poderoso mensaje sobre la importancia de la sinceridad y la creatividad en el guion de cine. En su discurso, Kaufman habló de su experiencia en un seminario llamado «How to Pitch«, donde aspirantes a guionistas eran derribados por un panel de expertos, productores y ejecutivos, sin la presencia de escritores.
En ese momento, Kaufman reflexionó sobre cómo los guionistas son formados por la industria cinematográfica, haciéndoles creer que su trabajo es secundario y que deben cumplir órdenes de personas, cuya principal motivación es proteger sus puestos de trabajo. Pero, en realidad, el verdadero trabajo de un guionista es reflejar el mundo y decir la verdad, ante un mundo lleno de mentiras.
Kaufman cita a Adrienne Rich, quien afirmó que el arte no significa nada si simplemente decora la mesa del poder que la tiene secuestrada. El mundo es un desastre y al mismo tiempo hermoso, y los guionistas tienen la oportunidad de explorarlo.
Para Kaufman, el objetivo no es contribuir a la fortuna de los productores ni complacer a críticos o audiencias. El verdadero propósito es trabajar para el mundo, no para las cifras de taquilla. Por lo tanto, en lugar de preocuparse por cómo hacer un pitch, Kaufman insta a los guionistas a ser vulnerables, nerviosos y a contar historias sinceras.
Lo más importante para escribir un guion de cine es la sinceridad
El mensaje de Charlie Kaufman en su discurso es un poderoso recordatorio para los guionistas y cineastas de que su trabajo es importante y que la creatividad y la sinceridad deben ser el núcleo de sus historias. No podemos permitir que la industria del cine nos engañe haciéndonos creer que no podemos hacerlo sin ellos, porque, en realidad, ellos no pueden crear nada de valor sin nosotros.
Aquí está la transcripción de esta parte de la entrevista:
Hace veinte años, en un auditorio, asistí a un seminario llamado «How to Pitch». Los aspirantes se acercaban al micrófono, uno por uno. En el escenario había un panel de expertos, productores y ejecutivos. No había escritores.
Cada alumno hablaba nervioso. Uno tras otro, eran interrumpidos y rechazados. Esta situación parecía sádica, quizás una venganza por cómo los panelistas fueron tratados en el pasado.
Los escritores somos formados por la industria. Nos enseñan a pensar que nuestro trabajo es secundario. Cumplimos órdenes de personas sin curiosidad, solo preocupadas por proteger sus empleos. Olvidamos cuál es nuestro verdadero trabajo.
No debemos contribuir a la fortuna de otros ni complacer a críticos o audiencias. Nuestro trabajo es reflejar el mundo y decir la verdad. Adrienne Rich escribió que el arte no vale si solo decora la mesa del poder.
El mundo es complicado y tenemos la oportunidad de explorarlo. No debemos renunciar a esto por dinero. Si lo hacemos, nos convertimos en secuaces de los ejecutivos.
He desperdiciado años buscando la aprobación del dinero. No te atrapes en ese mundo. No trabajas para ellos ni para las cifras de taquilla. Trabajas para el mundo.
No te preocupes por hacer un pitch. En su lugar, sé nervioso y vulnerable. Cuenta una historia sincera. Nos han engañado haciéndonos creer que no podemos hacerlo sin ellos, pero ellos no pueden crear sin nosotros.
Gracias por este premio. Me ha dado la oportunidad de reflexionar sobre lo importante en nuestro trabajo.