Dejar mi trabajo para escribir un libro como lo hizo Don Delillo

Una de las preguntas frecuentes que los aspirantes a escritor se hacen es «¿debería dejar mi trabajo para escribir un libro?» uno de los mejores escritores de esta época, Don Delillo hizo exactamente eso.

Estudió cuatro años para sacar un título en comunicaciones de la universidad de Fordham. Buscó trabajo como editor pero terminó trabajando de Copywriter en una agencia de publicidad. Su trabajo consistía en inventarse slogans y frases cortas que atrapen al consumidor. Algo así como el «just do it (solo hazlo)» de Nike. 

Se dedicó durante 5 años a hacer dinero con este trabajo, mientras tanto enviaba cuentos a revistas. 

Empezaron a publicarlo y recibía buenas críticas. Así que cuando decidió dejar su trabajo no estaba lanzándose completamente al vacío, su nombre ya estaba sonando en el mundo de la crítica literaria. 

Ahorró dinero de su sueldo y con eso pudo subsistir, arrendando un pequeño departamento en Queens, comiendo frugalmente y deshaciéndose de lujos. 

Le tomó cuatro años escribir su primera novela «Americana». Así recuerda Delillo su proceso:

«Vivía de manera mínima. Mi teléfono costaba $30 dólares al mes. Pagaba una renta de $500 dólares al mes (que en Estados Unidos es algo muy barato) y me estaba convirtiendo en escritor. De cierta manera, estaba ignorando los movimientos de mi tiempo.»

Su novela no fue un éxito comercial, pero ganó algunas buenas críticas y un pequeño grupo de lectores que estaban dispuestos a comprar sus libros. 

«No creo que mi primera novela se hubiera publicado el día de hoy…. Ni siquiera creo que un editor se hubiera molestado en leer las primeras 50 páginas. Era bastante exagerada y complicada… Estuve trabajando en ella dos años antes de siquiera pensar que podía convertirme en escritor […] No sabía si este libro se iba a publicar porque había elementos en ella que ya no sabía cómo mejorar. Así que solo seguí escribiendo y pasaron otros dos años hasta que la terminé. Par mi sorpresa, no fue difícil encontrar una editorial para publicar. No tenía un agente. No sabía nada sobre publicar un libro. Pero un editor de la prensa Houghtnam Mifflin leyó el manuscrito y decidió que valía la pena.»

De esta experiencia de Delillo podemos aprender lo siguiente:

  1. Antes de renunciar o dejar tu trabajo para escribir debes ahorrar, para tener un salvavidas.

    Es muy probable que tu novela no se venda o que te demores cuatro o cinco años escribiéndola, sobre todo si es tu primer intento. Porque algo es seguro,  vas a tener que reescribirla sin parar hasta tener algo digno de ser publicado. Es como cualquier actividad que realizamos, toma tiempo y práctica dominar una habilidad. 

  2. Para escribir el tipo de literatura que escribe Don Delillo, debes tener algo especial, una inteligencia distinta al resto.

    Es muy arriesgado ser original, inventar algo nuevo; si lo vas a intentar es mejor tener un respaldo, porque quizás nadie entienda lo que estás tratando de hacer, al menos no todavía. A los genios les toma tiempo ser reconocidos, porque el mundo aún no está listo para lo que tratan de hacer. Hay muchos casos donde simplemente nunca los reconocieron y murieron en la más absoluta miseria. 

  3. Haz un plan antes de renunciar: 

    Si te fijas, Don Delillo terminó sus estudios universitarios, eso le dio acceso a un buen trabajo con una buena remuneración. En una entrevista dijo que estaban a punto de ascenderlo, es decir, iba a ganar mucho dinero y su vida iba encaminada hacia la clase alta americana.  Pero tomó el riesgo y sacrificó ese dinero potencial para irse a vivir a una parte modesta de la ciudad. Vivió con lo justo y necesario durante cuatro años.  Si te gusta escribir, si es tu vida, no vas a dudar en hacer este tipo de sacrificios. No vas a poder salir a fiestas, pagar por comidas caras, pagar por diversión o cualquier otro lujo. Vas a tener que ponerte el plan más bajo de teléfono  y el plan más lento de Internet. También deberías aprender a comprar tu comida, puedes ahorrar mucho dinero si comparas el precio de las cosas que consumes.

  1. Debes tener buena suerte.   

    Esto no lo puedes controlar. Pero si Don Delillo está diciendo la verdad y en serio su novela fue aceptada por la primera editorial a la que envió su manuscrito, es un caso en un millón. Como ganarse la lotería.  Lo común es que las editoriales y premios rechacen al escritor. Pero así es como mejoras.

¿Cómo logró Don DeLillo dejar su trabajo para escribir un libro que fue inmediatamente aceptado por una editorial?

Antes que nada no te debes olvidar que se demoró cuatro años escribiendo su primera novela. Con esa cantidad de trabajo invertido en un escrito el factor suerte se reduce bastante.

Y también hay una segunda explicación que no tiene tanto que ver con la suerte. En los sesenta, que fue la época en la que Delillo empezó su novela, hubo un cambio radical en el mundo artístico, editorial y político. Los dioses de la literatura norteamericana ya estaban de bajada o muertos. Faulkner, Hemingway, Fitzgerald, etcétera, ya no estaban para imponer sus cánones literarios. 

 

Ellos habían establecido una literatura que se centraba en las historias bien contadas, de manera clara, con personajes bien definidos y conflictos claros. Las situaciones eran sacadas de la vida real y muchas veces tocaban temas sociales o psicológicos. 

Novela White Noise de don de lillo, sobre como dejar mi trabajo para escribir un libro

Pero la nueva ola de editores y escritores estaban buscando romper con todo eso, querían lo opuesto, una contracultura. 

La generación Beat impuso una nueva literatura que era más caótica, vivencial, cruda y llena de experimentos. Las casas editoriales se empezaron a guiar por este cambio de gustos en los jóvenes, al final ellos iban a ser su target comercial. 

Ellos iban a ser sus clientes y se dieron cuenta de que les encantaba esta nueva literatura transgresora. Delillo dice al respecto:

«Mi novela era exagerada y compleja…»

Pero tal vez eso era justamente lo que los editores estaban buscando. No importaba si su novela no tenía trama o si el lenguaje era pastoso y pesado. Porque eso es lo que estaba de moda.

Y aunque DeLillo no estaba buscando seguir las modas, su estilo calzó.

Con los años se dedicó a pulir su técnica, llevando los límites de la literatura más lejos de lo que los beats se hubieran imaginado, creando un nuevo movimiento literario que sería el predecesor de escritores como David Foster Wallace, William T. Vollman o Jonathan Franzen.

¿Qué consejo práctico podemos sacar de esta situación? 

Si eres sensible a los cambios de tu época, sin pensarlo mucho vas a escribir algo que sintonice con lo que los editores del momento están buscando. De todas maneras esto no es algo que puedas controlar. Y debes tener claro que tal vez no seas un genio, es más te aconsejaría que nunca creas eso. Sé humilde. Porque si resulta que si eres uno, tal vez nadie entienda todavía lo que quieres hacer. 

Ese es el punto de ser un genio, nadie sabe distinguir tus obras de las de un completo idiota. Por eso debes tener un plan, y esto puede ser trabajar para ahorrar dinero suficiente o no dejar tu trabajo del todo.

Entonces, según el caso De Lillo ¿debo dejar mi trabajo para dedicarme a escribir un libro?

Si. Deja tu trabajo.

Pero primero trabaja durante cinco años, ahorra para los siguiente cinco años y ve a la oficina de tu jefe y estrecha su mano, agradeciendo por la oportunidad que te brindó. Nunca sabes si vas a tener que regresar a pedirle el trabajo de vuelta. Y durante esos cinco años que estás trabajando escribe cuentos, al menos uno a la semana. Prepárate para lo que vendrá.

Si en todo ese tiempo no escribes y dejas tu trabajo, no vas a poder sobrevivir a la enorme tarea de escribir una novela, vas a quedarte paralizado.

Trata de aprovechar esos cinco años practicando cada día, aunque sea 500 palabras al día, que en nivel profesional, no son nada. 

Y si te sirve, ten en cuenta que Don Delillo empezó a escribir tarde en su vida. En una entrevista dijo:

«Me hubiera encantado empezar a escribir antes. Pero evidentemente no estaba listo. Primero, me faltaba ambición. Tal vez tenía novelas en mi cabeza pero muy pocas en papel. No tenía metas personales, ni un deseo ardiente para alcanzar una meta. Segundo, no sabía lo que se necesitaba para ser un escritor serio, me tomó mucho tiempo desarrollar esto.» 

Durante los diez años que siguieron a su primera novela, desarrolló este deseo ardiente. Escribió cinco más y ganó una beca Guggenheim. Luego se convirtió en uno de los escritores más respetados de nuestro tiempo.

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