El bloqueo de escritor es miedo.
Es el miedo a la página en blanco.
Porque mientras la escritura esté en nuestra cabeza nadie puede juzgarla. Una parte de nosotros va a querer que ese cuento nunca salga a la luz, porque sabemos que no va a ser perfecto. Y cuando otros lo lean van a criticar.
El cuento está seguro en nuestra cabeza, pero en el papel será vulnerable.
Para nuestra parte cobarde es mejor no escribir nada. Si no escribimos estamos seguros porque nadie va a poder juzgarnos.
Nuestra parte cobarde también prefiere que no salgamos de casa, porque así no tenemos que enfrentarnos a los peligros del mundo exterior.
El miedo a escribir nunca va a desaparecer.
Steven Pressfield cuenta en su libro «The war of art» que el actor Henry Fonda vomitaba antes de salir a cada presentación. Incluso a los setenta y cinco años y luego de haber ganado un Oscar, siguió vomitando.
Así que es mejor enfrentar el miedo cada día. No dejar que nos gane la partida.
Si escribimos van a juzgar nuestra novela, pero es un precio justo si gracias a eso, nuestra novela puede existir.