No hay diferencia entre pensar y escribir.
Cuando Jorge Luis Borges daba una conferencia estaba creando un ensayo en vivo y en directo.
Estaba esculpiendo su pensamiento sobre la plataforma del tiempo.
Como era ciego, podía concentrarse profundamente en el conocimiento que había adquirido de los libros.
Tal vez por la misma cualidad de la ceguera, era capaz de articular mejor el lenguaje oral.
Borges escuchaba los libros y para escribir dictaba. Creaba las oraciones de sus cuentos o ensayos sin usar sus manos. Usaba solamente su voz.
Debes intentar al menos una vez, dictar un cuento. Solo para que entiendas lo difícil que es formar las oraciones mientras hablas.
Es extremadamente difícil ser articulado.
La gente tiende a trabarse y desviarse mientras habla.
Un maestro oral va creando su pensamiento mientras habla.
Eso solo se puede lograr con la práctica de la escritura.
No es casualidad que los primeros escritores hayan sido maestros orales.
Homero no escribió ni una hoja. La Ilíada y la Odisea eran poemas orales que se transmitían de manera oral.
Los escritores de esos tiempos iban mejorando las historias mientras las contaban en vivo a los espectadores que iban a escucharlos.
Escribir adiestra al cerebro a pensar en oraciones coherentes.
Borges podía pensar y editar las oraciones mientras las enunciaba.
Logró ese nivel de maestría en la palabra oral practicando la palabra escrita.
Ser articulado te puede convertir en un ser humano poderoso.
Piensa en la manera en la que los políticos manipulan a la gente.
Están usando la palabra para tergiversar la realidad de esas personas.
Si eres capaz de enunciar correctamente tus pensamientos puedes salvar al mundo.
Suponiendo que aparte de escritor decidas ser ético.
Pero eso es otro agujero de conejo.
Por ahora aprende a escribir. Con claridad.