Cada día que no escribes estás más cerca de la muerte.

Aquí está un buen ejercicio si no puedes empezar a escribir:

Piensa que sientes un pinchazo en la parte baja del abdomen. Te tocas y detectas un pequeño bulto. 

Vas al doctor y te manda a hacer pruebas.

Cuando los resultados llegan, el doctor te mira preocupado y respira profundo. Con una voz suave te dice que tienes un tumor y lamentablemente es muy tarde para un tratamiento, te quedan 2 semanas de vida. 

¿Crees que en ese momento te vas a arrepentir de no haber empezado a escribir?

Porque lo único que tenías que hacer era empezar a teclear unas palabras. 

Lo que sea. No importaba qué. 

Ahora ya no tienes tiempo. 

¿Crees que vas a pensar si valió la pena hacer lo que sea que hiciste en lugar de escribir?

Esto suena extremo. Pero es cierto. Cada minuto que pasa estás más cerca de la muerte. 

Es inevitable. 

Tal vez no sea en dos semanas, pero va a pasar. Y si no escribes ahora, mañana puede ser tarde. 

Porque todos los días nos queda menos tiempo para escribir.

Piensa en eso. 

Y escribe.